"Con el borde negro cuál ceniza,
quemado por los ríos de lava del gran Vesubio,
entre las claras islas de mozzarella
que simbolizan los barrios;
sobre un piso de tomates rojos
que representa la vida y el temperamento
de sus habitantes."
La pizza, hablando en términos generales, fue durante siglos una comida sencilla, elaborada en las casas de la gente más humilde que enriquecía la masa con los pocos ingredientes disponibles en sus despensas: algo de cebolla, un poco de aceite o tocino, algunas aceitunas y una pizca de especias.
Hoy en día es, junto a la pizza Marinera, una de las más afamadas pizzas napolitanas y cuenta con el certificado de ETG (Especialidad Tradicional Garantizada), aval concedido por la Unión Europea para protegerla, como ocurre con otras recetas, de burdas imitaciones; no obstante, al propietario de la más concurrida y antigua pizzeria "Da Michele" todos estos asuntos les trae sin cuidado y sigue elaborando la más afamada pizza napolitana en el más absoluto secreto y con total adoración por parte de clientela tanto del lugar como llegados desde lugares remotos.
No sé si mi versión de tan afamada pizza pasaría semejante control de salvaguarda culinaria, pero os puedo asegurar que está para repetir por su textura crujiente y su sabor intenso a pesar de los sencillos ingredientes que la componen. Espero que os guste y A’ mangiare!!!!
500 grs de harina de fuerza (00)
5 gr de levadura fresca de panadero
1 cucharada sopera rasa de sal
1 cucharadita de azúcar
250 ml de agua
25 grs de tomate frito (mejor casero)
2 tomates frescos
100-150 grs de mozzarella
8-10 hojas de albahaca fresca
2 dientes de ajo
Disolver la levadura en una taza pequeña con agua tibia y una cucharadita de azúcar. Dejar que haga burbujas.
En un recipiente o bien sobre la mesa para amasar, colocar la harina previamente tamizada con la sal en forma de corona. En el círculo del medio colocar la levadura y 2 cucharadas de aceite de oliva e incorporar el agua poco a poco, hasta lograr la consistencia de una masa fácil de manejar.
Amasar hasta lograr una masa suave y elástica. Si se rompe es que está muy seca, motivo por el cuál hay que agregarle un poco más de agua para contrarrestar el efecto. Si, por el contrario, está demasiado húmeda, colocar un poco más de harina.
Cuando logreís la masa deseada, se cubre con aceite de oliva y colocamos una tela fina y transpirable por arriba. Dejar reposar durante una hora.
Para comenzar a amasar, enharinar una mesa en donde puedas estirar la masa desde el centro hacia afuera, con ayuda de las puntas de los dedos o bien utilizando un rodillo de madera. Una vez estirada y con forma circular, dejar descansar 15 minutos más.
Encender el horno para que caliente a una temperatura de 200-250ºC.
En una sartén pequeña añadimos una cucharada de aceite de oliva y en ella freímos ligeramente los dientes de ajo partidos en cuartos. Retiramos del fuego y espolvoreamos albahaca picada. Reservamos.
Hacemos en la masa el borde exterior característico y comenzamos a decorarla:
Cubrirla con salsa de tomate, encima de esta ponemos los tomates frescos laminados, regándolos con el aceite de ajo y albahaca picada. Sobre estos la mozzarella picada y las hojas enteras de albahaca.
Hornear aproximadamente de 15 a 25 minutos. La base de la pizza deber quedar firme y crocante y la cubierta cocida pero sin secarse demasiado.
Para saber si la pizza está cocida se levanta uno de los bordes con una espátula y si éste se desprende fácilmente sin ofrecer resistencia y su base está firme y crocante significa que está bien cocida.
Retirar del horno y a disfrutarla.
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