En época de Cuaresma la tradición religiosa dictaba la "vigilia" o prohibición de comer carne, que además de estos 40 días, también se extendía a todos los viernes del año. Independientemente de las creencias de cada uno, hemos de reconocer que gracias a estos dictámenes religiosos, han surgido recetas deliciosas, combinando ingredientes que suplían a la carne, e incluso, mejoradas sin ese aporte animal. Una de las recetas más típicas de estos días es este potaje de garbanzos, que se acompaña de las espinacas (verdura en plena temporada) y el bacalao.
El bacalao es un ingrediente lógico para este potaje, ya que era el pescado que más abundaba en las zonas del interior, lejanas a la costa y siempre estaba disponible en salazón en cualquier época del año. Un plato muy tradicional en estas fechas, que no suele faltar en ningún hogar junto a la repostería ya clásica como son las rosquillas, torrijas o la leche frita, verdaderos manjares irresistibles todos ellos y que hemos estado disfrutando desde nuestra niñez.
Espero que os guste la receta y disfruteis al máximo de estas vacaciones si soís de los afortunados, sea viendo cofradías, en el monte o la playita.
Aprovecho también para felicitar a todas las Dolores, Lolas y Lolitas en este viernes de Dolores, punto de salida para la Semana Santa.
300 gr de garbanzos
300 gramos de bacalao desalado
300 gramos de espinacas frescas o congeladas
2 tomates grandes (500 gr)
2 cebollas medianas (250 gr)
1 zanahoria mediana
1 cabeza de ajo
2 dientes de ajo
300 gramos de espinacas frescas o congeladas
2 tomates grandes (500 gr)
2 cebollas medianas (250 gr)
1 zanahoria mediana
1 cabeza de ajo
2 dientes de ajo
Aceite de oliva
1 cucharadita de azúcar
1/2 cucharadita de jengibre molido
1 cucharada pequeña de pimentón dulce
1/3 de una cucharada pequeña de comino molido
1 pastilla de caldo concentrado de pescado
3 clavos de olor
2 hojas de laurel
Sal
Agua
Poner los garbanzos en remojo la noche de vísperas (deben estar entre 10-12 horas en remojo).Escurre los garbanzos y ponlos en una olla con 1 litro de agua.
Pela la cebolla y clávale los clavos de olor. Pela la zanahoria y quítale la piel externa a la cabeza de ajos. Pon en la olla a presión junto a los garbanzos la cebolla con los clavos, la zanahoria, 1 hoja de laurel, la pastilla de caldo concentrado desmenuzada y la cabeza de ajo. Cerramos la olla y cuando comience a silbar esperamos 30-35 minutos, tiempo en cuál, los garbanzos se pondrán tiernos y obtendremos el caldo para nuestro potaje.
Preparación del sofrito
Pela la otra cebolla y pícala bien fina al igual que los 2 dientes de ajo.En una sartén grande ponemos el aceite a calentar a fuego medio. Añade a la sartén las hojas de laurel y la cebolla picada. Cuando la cebolla esté transparente añade el ajo.
Mientras se sofríen ajo y cebolla tenemos que pelar los tomates y quitarles las semillas. Luego los picamos muy finamente.
Cuando ajo y cebolla estén listos añadiremos a la sartén, el pimentón, lo tostamos ligeramente y acto seguido, incorporamos el tomate y sofreímos durante unos 10-15 minutos, añadiendo el azúcar y el jengibre.
A continuación añade las espinacas a la sartén (si no te caben todas a la vez mejor añade la mitad, deja que bajen de volumen y añade el resto). Saltea durante un par de minutos y reserva todo. (Si las espinacas usadas son congeladas debemos darles un hervor rápido para disolverlas).
Los garbanzos deben estar siempre cubiertos por un poquito de agua (uno o dos dedos). Cuando los garbanzos estén tiernos retira las verduras (cebolla, zanahoria y cabeza de ajo) escurre el caldo y lo reservamos. Añade a los garbanzos el sofrito que hemos preparado (cebolla, ajo, tomate y espinacas).
Remover bien e incorporar un poco del caldo de la cocción de los garbanzos que tenemos reservado. Ponemos a fuego bajo, añadimos el comino y parte del bacalao, desmigado. Mezclamos con cuidado, mejor moviendo la propia olla con movimiento de vaivén.
En mi caso la mitad del bacalao lo he partido a trozos mayores a modo de lomos y les he dado un golpe de cocción de tan sólo 3-4 minutos antes de servir.
Probamos de sal y servimos bien caliente, apartamos el potaje y adornamos con el lomo de bacalao mayor espolvoreado con un poco de pimentón.
Sin duda, un plato que nos ayudará a "sobrellevar" de una manera deliciosa esta época de abstinencia carnal.
Es habitual acompañar este plato con huevo cocido laminado, aunque he querido hacerlo lo más purista posible y no he puesto nada de origen animal para no caer en pecado.
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