Para estas deliciosas croquetas me he inspirado en unas de queso de cabra que probamos en el bar Estrella, sin duda uno de los históricos de Sevilla, tapa que enseguida nos llamó la atención al tener como guarnición cabello de ángel. Os puedo asegurar que no solo no defraudó ese contraste entre lo salado y lo dulce, sino que en ese mismo momento hicimos firme promesa de intentar hacer la tapa en casa y que formara parte de nuestras recetas favoritas, como también lo es este bar con tanta solera y situado en una típica encrucijada de calles del centro hispalense, tan bien situado, que ha habido días de Semana Santa en los que hemos llegado a ver preciosas chicotás a través de la rejas de sus ventanas mientras disfrutábamos de unas estupendas tapas a borde de barra.
Interior del Bar Estrella, Sevilla. |
Como se refleja en las fotos antiguas que presiden el bar, ya desde sus inicios de antigua bodega, se percibía la solera de este local. Es uno de esos bares, junto a el Giralda o Las Columnas que todos conocemos y usamos como inicio de rutas de tapeo y con ese atractivo de antaño de bar pequeño con sus cuatro pequeñas mesas con sus cuatro sillas de siempre...
En lugar de queso de cabra he recurrido al gorgonzola dulce que posee una textura muy cremosa, aunque esta receta sirve igualmente para usar un buen cabrales o cualquier otra variedad similar. Lo que si he añadido a la bechamel es manzana caramelizada, puerro y unas cuantas nueces que enriquecen notablemente la masa.Dejo a continuación la receta de unas croquetas que como todas, están para comerse más de cuatro, tanto en caliente como frías. !Disfrutad y ser felices!
1 manzana
1 cucharada sopera de margarina
1 cucharadita de postre de azúcar
1 cucharadita de postre de jengibre molido
4 cucharadas de aceite de oliva
4 cucharadas de harina
500-600 ml de leche
200 gr de queso gorgonzola dulce
1 puñado de nueces
2 puerros
Una pizca de sal
Para rebozar
Pan rallado
2 huevos
Aceite de oliva para freírlas
Guarnición
Pelar, descorazonar y trocear en taquitos finos la manzana. En una sartén, poner la cucharada de margarina, la cucharadita de azúcar y el jengibre molido. Una vez derretida la margarina y bien ligada con el azúcar, incorporar los trocitos de manzana y caramelizarla a fuego bajo. Apartar y reservar.
Lavar y trocear bien fino los puerros. En la misma sartén anterior, poner el aceite de oliva y dorar los puerros a fuego bajo, añadiendo una pizca de sal.
Una vez dorados, añadir la harina y tostarla ligeramente. Con el fuego al mínimo ir añadiendo la leche poco a poco removiendo constantemente y dejando que se absorba la leche añadida antes de incorporar más. La cantidad de leche dependerá de la calidad de la harina, pero es necesario conseguir una bechamel espesa y cremosa. Una vez conseguido el punto de textura, añadir el queso gorgonzola y remover hasta integrarlo con la bechamel. Incorporar también las nueces picadas y la mazana caramelizada anteriormente.
Apartar a un recipiente y dejar enfriar por completo antes de tapar con film plástico y llevar a la nevera durante 2 horas mínimo, la masa debe estar bien fría para formar las croquetas.
Apartar a un recipiente y dejar enfriar por completo antes de tapar con film plástico y llevar a la nevera durante 2 horas mínimo, la masa debe estar bien fría para formar las croquetas.
Sacar la masa del frigorífico, coger porciones medianas de la masa y dar forma de croquetas.
Preparar un plato con los huevos batidos y otro con pan rallado. Pasar cada croqueta por pan rallado en primer lugar, seguido de huevo batido y de nuevo por pan rallado para finalizar.
Disponerlas sobre una fuente y volver a enfriarlas en el frigorífico durante 20-30 minutos, esta vez sin tapar.
Freírlas en abundante aceite de oliva y apartar sobre papel absorbente.
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