Pastel de manzana al estilo de Suabia {Schwaben Apfelkuchen}

Suabia (en alemán: Schwaben) es una región histórica situada al sureste de Alemania, repartida entre Baden-Würtemberg y Baviera con capital en Augsburgo, muy cerca de Munich y acaparador de parajes de una excepcional belleza, sin olvidar por supuesto sus castillos de cuento de hadas como el Castillo de Hohenzollern, situado a unos 50 kilómetros al sur de Stuttgart y cerca de Hechingen, en pleno Jura de Suabia y que os recomiendo visitar sobre todo en primavera o verano para disfrutar de sus rutas verdes y purificadoras.
Me gustaría hacer referencia a una curiosa anécdota sobre las habilidades intelectuales que persigue a los suabos desde época inmemorial: Die Schwabenalter "La edad (idónea) del suabo" o mayoría de edad como podríamos decir en nuestro país, se produce cuando la criatura ha cumplido nada más y nada menos que los ¡40 años!, celebrando por todo lo alto y de una manera especial la ocasión aludiendo a la sabiduría y sensatez que ha empezado como de repente. No sé yo, si el ingeniero que la ha liado en Wolkswagen será suabo (o más bien suavón) y habrá llegado ya a esta edad.

Anécdotas curiosas aparte, este es un pastel muy ligero y con una combinación
de manzanas y almendras que os va a encantar, ya que las manzanas quedan como caramelizadas ligeramente una vez se ha horneado.

Como siempre, espero que os guste la receta y si no, me lo decís igualmente para autoimponerme un castigo que cumpliré cuál monje en penitencia.

Untar ligeramente un molde redondo de 26 cm de diámetro con margarina y esparcir sobre ésta un poco de pan rallado que facilitará el desmoldado.
Pelar las manzanas, partirlas, quitarles las semillas y hacer unos cortes en las partes curvas las mitades, no llegando al fondo.
Pelar la piel del limón lo más fino posible, desechando la parte blanca.
Rallar la mitad de la piel del limón con 50 gramos de almendras.
Una vez pelado el limón, rociar un poco de su zumo sobre los cortes de las manzanas.


Añadir la mantequilla en un cuenco, junto al azúcar y la yema de huevo. Remover hasta lograr una crema bien lisa.

Colar la harina y entremezclarla con la crema anterior. Dejar reposar en la nevera durante 30 minutos.


Separar las claras de las yemas.

Precalentar el horno a 200ºC.

Batir las yemas con el azúcar y la nata. Una vez bien mezclados estos tres ingredientes incorporar la harina y la mitad de la piel rallada del limón.

Batir las claras hasta punto de nieve y añadirlas con suavidad a la mezcla de yemas, azúcar y nata.


Sacar la pasta de la nevera y alisarla con el rodillo hasta lograr el diámetro del molde. Revestir el fondo de éste con la masa alisada.



Esparcir por la base del pastel, las almendras ralladas anteriormente junto a la piel del limón y el crocanti. Ahora repartir el resto de almendras enteras.




Verter por encima el líquido últimamente preparado, cubriendo bien todos los huecos pero sin tocar la parte superior de las manzanas. Si os apetece, se puede esparcir un poco de azúcar granulada sobre las manzanas antes de hornear.
Llevar el pastel al horno durante 45-55 minutos. Una vez horneado, desmoldar cuando esté todavía caliente.



Una vez se haya templado, esparcir el azúcar glas por encima. Está delicioso tanto templado como una vez se ha enfriado.

Le dedico esta receta a Joaquín, mi sobrino alemán favorito que hoy cumple 12 añitos y a todos los estudiantes de alemán como es el caso de Juan Carlos Camargo para endulzarles el aprendizaje de una lengua que se las trae y la que hay que echarle más huevos que los que lleva esta tarta.